Detrás de la Pantalla: Mi Propia Serie de Netflix

Detrás de la Pantalla: Mi Propia Serie de Netflix

 

Hoy no voy a hablarles de moda ni de marca personal. Hoy quiero que me conozcan, de verdad. Que se sienten conmigo en el sofá, lejos del feed perfecto que les muestro. La verdad es una cosa complicada, y lo que ven en estas redes sociales... no siempre es del todo cierto.

Como todos ustedes, tengo días brillantes y días donde la luz llega más tenue. Tengo problemas, y sí, a veces también hago malabares con las lucas. Porque si crees que ser creador de contenido es sinónimo de ser millonario, déjame decirte que estás muy equivocada, a no ser que seas, bueno, alguien realmente famoso. Es un trabajo, uno como cualquier otro, y si no tienes una rutina estricta o no lo ves como tal, difícilmente va a dar los frutos que esperas. Bueno, yo no solo me dedico a esto, por suerte, si no realmente no sabría como pagar las cuentas.

Muchas veces, aunque mi cuerpo me pida paz y yo sea mi propia competidora, la realidad es que aquí afuera se compite. Compites con muuuchos creadores que están peleando por un pedazo -espacio de visibilidad. ¿Que si desgasta? Claro que desgasta, a veces hasta el alma. Consumir tantas redes sociales me abruma, me dispara la ansiedad, me siembra la inseguridad, e incluso... las ideas se agotan. Es ahí donde tengo que hacer un alto, parar el mundo y dejar de mirar la pantalla de mi celular por un buen rato.

Cuando eso pasa, vuelvo a la vieja escuela. Vuelvo al papel y lápiz, y me obligo a 'disparar ideas' sin filtro. A veces es un desastre, pero de ese caos, siempre sale algo.

Y ¿a qué viene todo esto? Porque hoy, por mucho que me veas subiendo historias, sonriendo y con mi mejor cara, no diría que es un 'día malo' –sería una malagradecida si lo describiera así–. Pero sí es un día intenso. Un día donde me gustaría que ciertas cosas que hoy habitan mi vida, simplemente desaparecieran. Deseo que la gente fuera más empática, que no costara tanto ese ejercicio de ponerse en el lugar del otro para evitar hacer daño. Como persona altamente sensible (PAS), yo soy demasiado empática... y me cuesta procesar cómo alguien puede herirte tan fácil, sin pensar ni sentir lo que sus actos pueden llegar a provocar en ti.

Así que, si hoy me ves subiendo contenido, riéndome, maquillada, o con mi mejor cara, por favor, recuerda esto: También tengo esos días donde solo quiero esconderme, como un avestruz que mete la cabeza en la arena. O tener esa sensación que he descrito tantas veces: Cuando era niña, me encantaba nadar bajo el agua. Sentía que era mi espacio, solo mío. No escuchaba a nadie, solo mi propia respiración. Eso es lo que quiero hacer hoy.

Pero como esto es un trabajo, mi trabajo, y soy independiente y tengo compromisos... sigo. Tampoco es tan terrible. De hecho, a veces, seguir adelante y crear... me sirve de terapia.

Así que la próxima vez que veas una historia mía o de cualquier persona en alguna plataforma, recuerda que hay un ser humano al otro lado del teléfono. Uno que lidia con problemas, con deudas, con el peso invisible de tener que estar siempre "encendido".

Esto no es una queja, es un recordatorio. Es mi manera de decirte que está bien tener un día en el que solo quieres bucear bajo el agua y escuchar únicamente el ritmo de tu respiración.

Yo ya tomé lápiz y papel, y por hoy, mi terapia ha rendido frutos. He vaciado un poco el vaso. Mañana, volveré a encender la luz de mi anillo y a poner mi mejor cara para el trabajo. Pero hoy, si me disculpan...

Hoy la creadora de contenido se va a nadar.

Con cariño,

Dani